Enormes incendios forestales, lluvias impredecibles y olas de calor globales; se ha vuelto imposible ignorar los efectos del cambio climático. Enfrentarlo requiere de un fuerte compromiso global para evitar, reducir, o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Los mercados de carbono pueden ayudar en esto. Ofrecen a los pequeños y pequeñas productoras una oportunidad para mejorar sus prácticas de cultivo, adaptándose al cambio climático, y una recompensa por su contribución a soluciones climáticas de escala global.
El Acuerdo de París señala que es necesario limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 o 2 grados Celsius por encima de los valores preindustriales, pero este imperativo climático requiere de una inversión pública y privada significativa. Aunque la financiación climática destinada a adaptación y mitigación ha aumentado en los últimos años, existe todavía una brecha considerable entre la inversión necesaria y los fondos disponibles actualmente. Se espera que el déficit para financiar acciones de mitigación llegue a los 850 mil millones de dólares anuales en 2030, mientras que los costos de adaptación en países en vías de desarrollo aumentarán a 340 billones de dólares para el mismo año.
Los bonos de carbono son una forma de asignar un valor monetario a aquellas acciones que contribuyen a reducir, eliminar o evitar emisiones GEI, y que escalan la acción climática. Un bono de carbono, de hecho, representa una tonelada métrica equivalente de gases de efecto invernadero que, habiendo ya sido emitidos a la atmósfera, son absorbidos o capturados (removidos de la atmósfera), o bien cuya emisión se evita por completo. Estos bonos pueden ser vendidos y comprados en mercados de carbono. La Unidad de Captura de Carbono, o CRU por sus siglas en inglés, es un tipo de bono de carbono que mide el carbono capturado o absorbido, a diferencia de otros bonos que miden emisiones evitadas. Los CRU provienen de prácticas de agricultura baja en emisiones de carbono, sistemas agroforestales, o de la restauración de bosques, y deben cumplir con un marco de certificación y una metodología que pueda ser verificada por un tercero independiente.
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